La pandemia que conmueve a nuestro mundo en esta primera mitad del siglo XXI ha obligado a los centros de estudio a transformar el sistema de relaciones con el fin de operar de manera eficiente para sortear la adversidad. Debemos reconocer que la incorporación muy temprana de tecnología y recursos electrónicos a nuestras disciplinas –el Thesaurus Linguae Graecae y el PHI Latin Texts son buenos ejemplos– ha colaborado para que la labor cotidiana de investigación sobre textos clásicos no se vea afectada de manera considerable. El encierro y el incremento de las actividades online dieron la posibilidad de participación en reuniones internacionales que, por la expansión de las tecnologías de comunicación a distancia, se diversificaron y acumularon de manera un tanto abrumadora.

No es la primera vez que nuestra humanidad sufre una epidemia. Desde las bíblicas plagas de Egipto, pasando por la peste en Atenas en época de Pericles, hasta las padecidas en el Imperio romano, la sociedad reaccionó, según sus pocos o muchos conocimientos científicos o según sus creencias de carácter religioso o mágico, para aplacar a las divinidades. Con la implicación siempre presente de la palabra escrita, en el relato o en los documentos oficiales, dan cuenta el arte, las letras, la historia, las leyes y la filosofía de todas las luchas para vencer los padecimientos y volver al equilibrio.

Estas situaciones nos llaman a reflexionar sobre libertad, opresión y confinamiento(s) en la Antigüedad clásica. La libertad es un fruto delicado que a veces no madura adecuadamente. La libertad es la garantía de que cualquier ser humano esté protegido para hacer lo que cree que es su deber o su derecho frente a circunstancias adversas. Pero ¿se pierde o se gana libertad en situaciones de aislamiento? La opresión no es siempre el resultado del dominio de una clase sobre otra, de los ricos sobre los pobres, de los ilustrados sobre los ignorantes. A menudo las cadenas de la opresión nos atenazan sin que las circunstancias externas lo justifiquen. Otras veces, las mismas leyes que pretenden proteger la igualdad son fuente de injusticias. Los confinamientos no siempre proceden de la ausencia de libertad. Existen muchos modos de reflexionar sobre las aparentes antinomias: libertad – reclusión, confinamiento – autonomía, opresión – desahogo. Todos ellos serán bienvenidos en nuestro encuentro sobre estudios clásicos, así como todos los temas que estén investigando los especialistas en sus respectivos proyectos vinculados con la Antigüedad clásica de Grecia y Roma. Lo importante es la participación y el debate, que serán esta vez bajo la modalidad virtual, que esperamos brinde fructíferas oportunidades de encuentro entre estudiosos de todo el país y del extranjero.

A cincuenta y dos años de la ya mítica fundación de la Asociación Argentina de Estudios Clásicos, los mismos intereses y el mismo entusiasmo de aquellos pioneros nos convocan hoy en el tradicional punto de encuentro de un Simposio Nacional y un Congreso Internacional donde confluyen todos los niveles de la profesión, pluralidad de ideas e intereses y una estimulante variedad de enfoques.

Ir al sitio